Restablecer la confianza y el crédito: La urgencia de Argentina
Argentina se encuentra en la necesidad crucial de restablecer tanto la confianza como el acceso al crédito, para reactivar su plan de estabilización y encender nuevamente su actividad económica, buscando un crecimiento y desarrollo sostenidos.
La ausencia de crédito interno es una realidad palpable, ya que los ciudadanos argentinos se muestran renuentes a seguir financiando, a través de impuestos legislados y el impuesto inflacionario, un estado percibido como ineficiente y corrupto que provee bienes y servicios públicos de calidad insatisfactoria.
No obstante, el problema no se limita al crédito interno. La procrastinación de la hiperestabilización para el próximo año también representa un peligro latente para el país.
Crédito externo: Una cuestión de confianza y estrategia
El crédito externo también es escaso, debido al constante desvío de préstamos internacionales para sostener de manera artificial el atraso cambiario con fines electorales, lo que genera desconfianza entre nuestros acreedores.
Además, Argentina carece de crédito externo por razones más profundas y complejas. No existe una política estratégica de relaciones exteriores a largo plazo y cada nuevo gobierno que toma el poder da un volantazo sin considerar los cambios geopolíticos. Esto nos hace poco confiables tanto para el hemisferio occidental, ya sea liberal o iliberal, como para el hemisferio oriental autocrático e incluso para el eje bolivariano.
La pregunta que surge es: ¿Cómo ganar credibilidad y reputación si nuestra historia de descrédito nos condena? Para comenzar a responder esta cuestión, se proponen algunas soluciones complementarias.
Posibles soluciones para ganar credibilidad
Solución 1: Argentina, como país, tiene capacidad para pagar sus deudas. Actualmente, los precios de los productos exportables del país se encuentran en niveles similares a los del último superciclo de las commodities. Las exportaciones agroindustriales y el pasado dinamismo de las exportaciones de servicios basados en conocimiento prueban que hay capacidad de exportación y diversificación de productos para saldar la deuda.
Solución 2: Argentina debe demostrar su voluntad de pagar la deuda (“willingness to pay”). A lo largo de dos décadas, el país ha mantenido una retórica contradictoria, expresando un deseo de “no quiero pagar la deuda” pero “te pago” en el marco de la mayor bonanza de las commodities en nuestra historia.
Solución 3: Argentina necesita obtener “credenciales de crédito” para volver a ser un país confiable en crisis. Cuando un país fracasa, se requiere un prestamista internacional de última instancia con interés geopolítico estratégico en la recuperación del país endeudado.
También es fundamental destacar la potencialidad productiva de Argentina, pero sin una macroeconomía estable, no hay potencialidad que pueda materializarse.
Cabe señalar que la ayuda internacional es ineficaz si no va acompañada de una disciplina fiscal y monetaria sostenible en el tiempo. Para lograr esto, se necesita una política de relaciones exteriores que priorice los intereses del país por encima de las pasiones ideológicas y que sea coherente con la estrategia de financiamiento de la deuda pública. Esto facilitará el logro de las “credenciales de crédito” a cambio de inversiones y permitirá pagar la deuda.