El Ministerio de Economía anunció hoy que el Banco Central (BCRA) llevará a cabo un retiro adicional de $2,5 billones de la circulación de la economía, además de los fondos que ya absorbe debido a su superávit primario. Esto implica que, tomando en consideración un tipo de cambio promedio del contado con liquidación (CCL) de $1250, el Banco Central podría vender hasta US$2000 millones en ese mercado para reducir la brecha cambiaria.
El anuncio de esta decisión ya tuvo un impacto significativo, ya que se observó una caída de $70 (-5%) en los tipos de cambio financieros, que actualmente se cotizan alrededor de los $1350 (habiendo cerrado en $1416 el viernes pasado).
El ministro de Economía, Luis Caputo, y su secretario de Finanzas, Pablo Quirno, fueron los encargados de comunicar esta medida, que será implementada por el Banco Central, bajo la presidencia de Santiago Bausili. Sin embargo, la entidad monetaria no ha emitido un comunicado oficial ni ha explicado cómo se llevará a cabo esta operación. No se han proporcionado detalles sobre el plazo en el que se retirarán los $2,5 billones de circulación, ni sobre la cantidad de dólares que se venderán diariamente.
En este momento, la intervención en el tipo de cambio paralelo quedará a discreción del Banco Central, una medida que en el pasado no fue aprobada por el Fondo Monetario Internacional (FMI). De hecho, el organismo aún no ha enviado un mensaje de apoyo al anuncio de Caputo.
El FMI tiene una postura más favorable hacia el uso de la tasa de interés como instrumento para retirar dinero de circulación y reducir la presión sobre los tipos de cambio paralelos.
A pesar de esto, el equipo económico ha mantenido una política de tasas de interés bajas, al menos hasta el próximo 22 de este mes, cuando comiencen a cotizar las letras de liquidez (Lefi), que reemplazarán a los pases pasivos del Banco Central. Esta es otra herramienta ideada por el Gobierno para poner fin a la emisión endógena de la entidad, que se generaba a través de los intereses que se pagaban por la deuda a corto plazo emitida para absorber pesos del mercado.
Desde el Palacio de Hacienda, afirman que “la profundización del programa monetario contribuirá al proceso de desinflación” y que “la reducción del impuesto inflacionario ayudará a reducir la brecha, facilitando así la eliminación ordenada de las restricciones cambiarias”. También agregaron que “la estimación del BCRA es que se deberán absorber unos $2,5 billones adicionales a los que se absorben por superávit primario”.
Con esta medida, el equipo económico busca generar confianza en el mercado financiero, que en las últimas semanas ha mostrado preocupación por la demora en la eliminación del cepo cambiario, después de que el Banco Central dejara de acumular reservas. En junio, vendió US$84 millones y en lo que va de este mes solo ha logrado comprar US$220 millones.
“No hay que perder de vista que desde finales de mayo, el BCRA casi no ha tenido un saldo positivo acumulado en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), lo que significa que, a corto plazo, esta medida puede ser más relevante como señal (tanto de oferta potencial de CCL como de escasez futura de pesos), que por la intervención concreta que genere en el CCL. No se mencionó si la medida fue consensuada con el FMI, que en sus programas suele priorizar la acumulación de reservas y, en su último informe, estableció fines de junio como objetivo para la eliminación del dólar blend”, afirmó la consultora 1816 en su informe diario.
El sábado pasado, Caputo explicó que cada vez que el BCRA compre dólares en el mercado oficial, utilizará una parte de esas reservas para venderlas en el CCL o en el MEP y así esterilizar los pesos que emitió al comprar divisas. El objetivo es únicamente reducir la brecha, ya que si el BCRA quisiera absorber pesos de la circulación, podría vender bonos CER (atados a la inflación) y no sería necesario utilizar bonos en dólares.
“La brecha no solo dejará de aumentar, sino que disminuirá. Cuanto mayor sea la brecha, menor será la cantidad de dólares que se necesitarán utilizar para neutralizar la emisión por la compra. Por el contrario, cuanto menor sea la brecha, mayor será el porcentaje de esos dólares comprados que se necesitará utilizar para neutralizar los pesos emitidos”, explicó la consultora Outlier.
“Creemos que esto no es positivo por sí mismo, ya que refuerza el sesgo cortoplacista que parece tener cada vez más peso en el enfoque de la política económica local”, agregaron desde Outlier, en relación al objetivo de reducir primero la inflación antes de normalizar la balanza de pagos (el cepo que genera la falta de reservas en el Banco Central).
La consultora señaló que se está alterando el orden deseado desde un punto de vista técnico. “Lo deseable sería que la brecha disminuya porque el mercado percibe un camino ordenado hacia la flexibilización de los controles cambiarios o, al menos, ve que las condiciones en ese sentido se están logrando. Algo que pareció ocurrir hasta finales de abril. De la misma manera, lo deseable es que la desinflación se produzca como consecuencia de la normalización del funcionamiento de la economía local y la corrección de los precios relativos, y no a costa de retrasarlos”, concluyeron desde Outlier.