El Rinconcito que debes conocer: La Granja en Córdoba.
¡Escucha esto! A tan solo una hora de la capital provincial de Córdoba, se encuentra el secreto mejor guardado de las Sierras Chicas: La Granja. Un lugar donde podrás despejar tu mente, disfrutar de senderos naturales para caminatas, darte un chapuzón en el río y su balneario, y sin olvidar, degustar el famoso “pollo a la piedra”. Y no, el nombre no tiene nada que ver con su cocción, es más bien un método de cocina en el que el pollo es aplastado con una piedra tras ser macerado. Esta especialidad es cortesía del restaurante tradicional del pueblo, “Pochita e hijos”, que ha estado deleitando paladares por 37 años.
Ubicado en la ruta E-53, este “comedor familiar” te conquistará no por su decoración, sino por su comida casera, al estilo de “la mamá, de la abuela”. Irma Teresa Giacom, mejor conocida como “Pochita”, es la maestra culinaria detrás de este lugar, que abrió sus puertas en 1987 y ha superado innumerables obstáculos. La pasión y amor de Pochita por la cocina, que aprendió a cocinar, bueno, cocinando, es palpable en cada plato.
“Los hijos” son Natalia, Marcos y Marité. Natalia es la única que no sigue el camino culinario. Marcos, por su parte, aprendió de participar en el negocio, mientras que Marité, la más joven, es chef y técnica gastronómica; incluso estudio con Martiniano Molina. Los dos hermanos, junto con “Pochita”, mantienen viva la llama de este restaurante donde siempre se siente la presencia de su matriarca.
Los Sabores de la Tradición y la Frescura de lo Orgánico
Ofrecen una docena de variedades de pastas (todas caseras), cordero al disco, chivito a la llama, empanadas “cordobesas” (con “un poquito de zanahoria”) y, por supuesto, el famoso “pollo a la piedra”. “Viene de familia la receta”, comenta Pochita. En su granja cultivan y crían todos los ingredientes que utilizan. “Usamos todo orgánico, todo casero, de primera calidad”, añade.
En cuanto a la incorporación de sus dos hijos más chicos al negocio, asegura que “tuvieron que aprender, me tenían que ayudar. Siempre les digo que, si de entrada, se hacen bien las cosas se puede mantener 37 años como nosotros”, subraya.
Pochita aprendió a cocinar por necesidad, pero también heredó recetas de su abuela paterna, Ana Ingrazia Romero Galvaci, quien fue cocinera en el barco que la trajo desde Almería (España) durante los años de guerra. Y de su abuela materna, la criolla Guillermina Peralta también heredó recetas únicas.
Acércate a “Pochita e Hijos” y aprovecha para descubrir el circuito de Sierras Chicas en Córdoba, que incluye la Reserva Hídrica Natural Parque de La Quebrada, ideal para los amantes de la naturaleza y los deportes al aire libre. No puedes olvidar las tres de las cinco estancias jesuitas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y el circuito del vino de Colonia Caroya con sus maravillosas bodegas.