La audaz estrategia económica de Luis Caputo: ¿El nuevo Celestino Rodrigo?
Un reconocido economista ha establecido un paralelismo entre las políticas económicas de Luis Caputo y las de Celestino Rodrigo, no por su destino final, “el Rodrigazo”, sino por su osada apuesta en la dirección considerada correcta.
Si se toma una mirada simplista a la historia reciente, José Ber Gerlbard -el referente de política económica de Cristina Kirchner, según su propia admisión- distorsionó todos los precios de la economía y construyó una bomba casi imposible de desarmar. Alfredo Gómez Morales adoptó, sin éxito, una especie de gradualismo cuando Gerlbard se fue. Luego llegó Rodrigo, quien optó por sincerar precios, aunque hay quienes afirman que no tenía muy claro lo que estaba haciendo.
Rodrigo tuvo un avance en su primera etapa, pero perdió la batalla con la calle, principalmente con los sindicatos. Esto resultó en una traumática experiencia de inflación que todavía se recuerda. Ahora, Caputo ha iniciado una carrera para sincerar precios. Se encuentra en esa etapa inicial y ahora tendrá que resistir los embates de la política y los sindicatos. El mayor desafío para el jefe del Palacio de Hacienda no será tanto el económico. Deberá conseguir apoyo político en un juego de todo o nada para cambiar drásticamente la economía argentina a través de un controvertido megadecreto y un conjunto de leyes que implicarán una desregulación, liberalización y simplificación sin precedentes en el país.
La “peor crisis de la historia”
No fue una coincidencia que Milei haya mencionado hace unas semanas el Rodrigazo. “Estamos frente a la peor crisis de la historia, combinando elementos del Rodrigazo de 1975 y la hiperinflación de 1989, así como lo vivido durante la crisis de 2001″, les describió a los empresarios del círculo rojo en el Hotel Alvear.
Tampoco fue casualidad que Caputo haya retuiteado recientemente un post de Milei que decía: “Para los que dicen que no hay riesgo de hiperinflacionario. Debe ser que no pueden admitir su incapacidad en el manejo de la economía y/o ignorancia. La única forma de terminar con esto es congelando la cantidad de dinero (de ahí el déficit cero y sanear al BCRA). LO HAREMOS!!!”, escribió el Presidente.
El reto de la estabilidad económica en Argentina
“Toto” Caputo, Santiago Bausili (recién nombrado presidente del Banco Central) y Pablo Quirno (secretario de Finanzas) se conocen desde hace décadas. No se les considera macroeconomistas, pero comprenden mejor que nadie el mercado: la única estabilización posible en la Argentina se logra con una pax cambiaria. El dólar manda y la brecha es el termómetro de la confianza. Hasta ahora, los agentes económicos responden. Con más tiempo, la codicia superará al miedo. Esa es la regla.
Detrás de esa idea central hay dos claves que podrían moldear esa confianza, pero que necesitan tiempo: la primera es la eliminación del déficit fiscal (y de la emisión que suele financiar esos déficits entre ingresos y gastos). La segunda, una profunda reforma estructural (desregulación y apertura). Eso fue el megadecreto y será el paquete de leyes, que se enviaría al Congreso el próximo martes. “Están trabajando”, afirman en el Ministerio de Economía. Tras circular un borrador impositivo, el texto ahora se está ajustando en la Dirección Nacional de Impuestos (Juan José Imirizaldu). No hay dudas de que abrirá otro frente de batalla.
La devaluación y la competitividad
Con la devaluación, reducen la deuda remunerada del Banco Central al dólar oficial. Pero la contraparte son los depósitos de los clientes en las entidades financieras. El Tesoro ajusta y el BCRA busca ofrecer señales de emisión al mínimo: con los pesos de la letra que licitó esta semana (LEDE), Caputo compró bonos del Tesoro en manos de la entidad. No limpiará su balance (eran papeles ajustados a inflación en medio de una inflación desbordada), pero no tendrá que imprimir billetes por vencimientos. Con el ajuste fiscal, son señales al mercado de la contracción monetaria que se viene con una base que hoy crece estacionalmente, pero que en febrero volverá a retraerse. Además, esta semana, en la entidad se aseguraron una fuerte recompra de reservas en el comienzo de la gestión de Milei, que ya alcanza casi los US$2000 millones.
La posibilidad de la dolarización
“El Gobierno podrá lanzar un plan de estabilidad cuando haya logrado eliminar todo vestigio de cepo cambiario”, expresó Domingo Cavallo hace unos días. Si el actual experimento sale como esperan en el oficialismo, el Gobierno podría levantar el cepo y unificar el tipo de cambio a mediados de año e incluso comenzar a ver ingresos de capital o inversiones. Argentina está rebajada en dólares.
La inflación, con la recesión de por medio (con pesos que ya alcanzan para poco), se desaceleraría a un dígito. La cosecha haría que el recorte fiscal fuera menor al previsto, unos 3 puntos del PBI, en lugar del 5,2%, y se revertiría el déficit comercial de US$8000 millones actual. También contribuiría a esto el menor gasto en energía. Es la luz al final del túnel, la esperanza después del mal trago que nadie quiere adelantar. Ya no quedan locos que vendan “brotes verdes” que no llegaron a nacer con Macri.
“Habrá que aguantar el tirón”, dice un economista sorprendido por la apuesta de Caputo. La política pondrá obstáculos y la clase media soportará la mayor parte del ajuste (porque puede pagarlo). No serán meses fáciles para la población, especialmente en un contexto en el que los ocupados argentinos ven, una vez más, cómo sus ingresos se evaporan. Es un ajuste feroz y persistente en el tiempo como nunca se vio en el país. Comenzó hace seis años y se mantuvo. La tolerancia, por lo tanto, es baja. Hay crédito, pero no un cheque en blanco. Algunos resultados tendrán que verse pronto para recuperar capital político.
Si la tormenta pasa y se logra la estabilización, el megadecreto que firmó el Presidente ya abre la puerta a una economía bimonetaria, esa misma que pregonaba Carlos Melconian en campaña con Patricia Bullrich. Se podrán hacer contratos en cualquier moneda y las deudas se cancelarán en pesos, dólares o bitcoins. “Es una dolarización de hecho”, anticipa el mismo economista que recordó el Rodrigazo de los 70. Todos están conscientes de que cualquier argentino libre terminará eligiendo el dólar por sobre el devaluado peso. “Hay una puerta abierta a la dolarización”, destaca de nuevo el experto. Rodrigo no llegó a ese punto: todo explotó mucho antes. Caputo y Milei apuestan a cambiar la historia.