Cuando Javier Altamirano sufrió un desmayo, sus compañeros Enzo Pérez y Santiago Ascacibar fueron los primeros en atenderlo. Luego se sumaron el director técnico Eduardo Domínguez y el doctor Hugo Montenegro. El médico de Estudiantes de La Plata llegó al campo de juego 15 segundos después de la caída del jugador, y la ambulancia llegó al minuto. Altamirano fue trasladado al Instituto Médico Platense, ubicado a 550 metros del estadio, donde quedó internado durante once días.
Este incidente fue consecuencia de un plan previamente diseñado por el cuerpo médico de Estudiantes de La Plata, en coordinación con los responsables de la logística del estadio, la policía y los médicos del equipo rival. Este tipo de protocolos se replican en cada partido de primera división del fútbol argentino.
El particular caso de Godoy Cruz
En el caso del club Godoy Cruz, cada vez que juega como local en el Estadio Malvinas Argentinas, se despliega un operativo que incluye una ambulancia en el campo de juego, otra que no está a la vista y se ubica en el túnel de salida, y dos más en las inmediaciones del estadio. Esto no solo es para atender situaciones que involucren a los jugadores, sino también a los espectadores.
Además, Godoy Cruz cuenta con tres médicos: uno en el banco de suplentes, otro detrás con un desfibrilador portátil, y un tercero en la tribuna dispuesto a bajar al campo de juego si alguno de los anteriores se ausenta. Existe un acuerdo entre los médicos y los árbitros para permitir el ingreso inmediato al campo de juego en caso de situaciones que representen un riesgo de vida. Los médicos del equipo rival también se suman a la atención del accidentado.
En cuanto a la elección del lugar de traslado, si hay riesgo de vida se lleva al paciente al hospital más cercano, y si la situación es menos grave, se consideran otras opciones. Los médicos de Godoy Cruz realizan capacitaciones permanentes en las que involucran a todo el cuerpo médico, preparadores físicos, personal auxiliar y jugadores para estar preparados ante cualquier emergencia.
Las lesiones más frecuentes en el fútbol están relacionadas con la dinámica del juego y suelen ser traumatismos y fracturas. Es importante estar atentos y detectar anomalías de manera inmediata. Algunas situaciones pueden pasar desapercibidas si el jugador no se desmaya y continúa jugando, por lo que se propone utilizar la tecnología del VAR con fines médicos. Esto permitiría tener una alerta temprana y acelerar la atención médica.
La AFA realiza encuentros anuales en los que capacita a los médicos, compartiendo experiencias, acordando protocolos comunes y proveyendo desfibriladores a los clubes afiliados. En el ascenso, donde los clubes no siempre tienen un médico en el plantel, se exige la presencia de un profesional matriculado para disputar cualquier encuentro, así como la obligatoriedad de contar con una ambulancia.
Cada estadio plantea un esquema diferente para la rápida evacuación de un accidentado. Es importante contar con el apoyo de personal policial para agilizar el movimiento de las ambulancias en los alrededores del estadio.
Los médicos de los diferentes clubes se conocen y colaboran entre sí en casos de intervención o ayuda. Durante un encuentro entre Unión y Huracán, el jugador Augusto Liotti sufrió un golpe que le provocó la pérdida temporal de la movilidad de sus miembros inferiores. El médico de Unión se encargó de su atención y lo acompañó en la ambulancia durante el traslado, mientras que el médico de Huracán se hizo cargo de la atención de ambos equipos.
En situaciones excepcionales, como la que ocurrió durante un partido entre Banfield y Platense, los médicos de ambos equipos tuvieron que saltar al corazón de la tribuna para atender a un espectador que necesitaba asistencia médica.
Los equipos de fútbol argentinos cuentan con protocolos establecidos y un cuerpo médico preparado para atender cualquier emergencia que ocurra durante los partidos. La colaboración entre los médicos de los diferentes clubes es fundamental para garantizar una atención rápida y eficiente.