“Recuerdo a mi viejo tirándose en el sillón del living, durmiéndose y despertando con la sensación de que alguien se acercaba, escuchando pasos y percibiendo su característico perfume. Es como si todavía estuviera aquí”, cuenta Javier Ángel Álvarez, el único hijo del gran Javier Portales, recordando a su padre veinte años después de su partida.
Javier Portales fue una estrella de la comedia en Argentina, con una carrera llena de éxitos y popularidad. Sin embargo, su vida personal fue una montaña rusa de altibajos, que finalmente terminó en una trágica pérdida económica y de salud.
Javier Ángel comparte algunos de los recuerdos más preciados de su padre, como el texto de la obra de teatro “La sartén por el mango”, escrita de puño y letra por Portales. Esta obra fue un éxito en los años 70, pero fue prohibida por la dictadura militar debido a su contenido polémico.
Pero no todo fue risas y aplausos para Portales. Javier Ángel revela que su padre perdió una fortuna de más de 10 millones de dólares, en gran parte debido a las mujeres que pasaron por su vida. A excepción de su madre, las otras dos mujeres aprovecharon su fama y fortuna sin ningún remordimiento.
Javier Ángel también revela los problemas de salud que su padre enfrentó, incluyendo dos ACV y tres infartos. Aunque intentó advertir a su padre sobre las consecuencias de sus elecciones, no fue escuchado. La relación entre ellos siempre fue complicada, y Javier Ángel se siente abandonado por las mujeres que estuvieron en la vida de su padre.
El hijo de Javier Portales sueña con llevar la obra “La sartén por el mango” al teatro o incluso convertirla en una serie de Netflix. Considera que esta es la única herencia que su padre le dejó, ya que el resto de su fortuna fue dilapidada por las mujeres y sus problemas de salud.
Javier Ángel también recuerda la época en la que trabajaba junto a su padre en el teatro y el cine. A pesar de las dificultades, siempre estuvo a su lado y apoyó su carrera.
La vida de Javier Portales estuvo llena de altibajos, pero su legado en el mundo del humor argentino perdura. Javier Ángel lo recuerda con cariño y tristeza, aún oyendo sus pasos y esperando que su historia sea contada y recordada.