Nicolás Maduro contra todos y todo.
El desafío de la líder opositora, María Corina Machado, y del diplomático Edmundo González Urrutia, ganador de los comicios presidenciales del 28 de julio, provocó la reacción inmediata del chavismo. Nicolás Maduro se vio obligado a actuar ante la ofensiva democrática en contra del generalato, la principal pieza del puzzle chavista del poder, y del poder de convocatoria de la dupla a sus masivas manifestaciones coordinadas desde la plataforma WhatsApp.
Empeñado en combatir los demonios occidentales, Maduro arremetió contra la popular plataforma de chats, después de varios días atacando a Tik Tok, Instagram, Elon Musk, Mark Zuckerberg y otros estandartes de la tecnología. “Yo voy a romper relaciones con WhatsApp porque la están utilizando para amenazar a Venezuela. Y entonces yo voy a eliminar mi WhatsApp de mi teléfono para siempre”, arengó el “presidente pueblo” bajo la lluvia y rodeado de una marcha juvenil montada el domingo por el chavismo.
WhatsApp es la principal herramienta utilizada por los venezolanos para coordinar las movilizaciones opositoras contra el régimen y denunciar los abusos de las fuerzas de seguridad
El jefe bolivariano, que usa todas las redes sociales para la propaganda, aseguró que pasará sus contactos a Telegram y Wich App. “Es necesario hacerlo… ¡Dile no a WhatsApp; fuera de Venezuela! Porque ahí los criminales amenazan a la juventud, a los líderes populares. Desde teléfonos de Colombia, de Miami, de Perú, de Chile se esconden cobardes detrás del anonimato”, redondeó.
WhatsApp es la principal herramienta utilizada por los venezolanos para coordinar las movilizaciones opositoras contra el régimen y denunciar los abusos de las fuerzas de seguridad.
En tanto, la carta pública, firmada por Machado y por el “presidente electo” de Venezuela, tenía dos destinatarios, la Fuerza Armada y las distintas policías, y un llamado: que “se coloquen al lado del pueblo y de sus propias familias”.
“Maduro se niega a reconocer que fue derrotado por el país entero y, ante la legítima protesta, ha lanzado una brutal ofensiva contra dirigentes democráticos, testigos, miembros de mesa y hasta en contra del ciudadano común, con el propósito absurdo de querer ocultar la verdad y, al mismo tiempo, pretender arrinconar a los vencedores”, subrayaron ambos opositores.
El texto señala sin contemplaciones al alto mando conformado por el generalato chavista, el principal soporte de la autocracia revolucionaria, “que se alinea con Maduro y con sus viles intereses pese a la masiva violación de derechos humanos”. Venezuela cuenta con alrededor de 2000 generales, principales beneficiados junto a los jerarcas políticos y los boliburgueses de la corrupción revolucionaria.
Desde que el pueblo venezolano saliera primero a defender sus votos y después a protestar por el mayor fraude electoral en la historia de América Latina, los militares de la Guardia Nacional y las distintas policías, aliadas con los colectivos paramilitares, se han cobrado la vida de 23 personas, provocado cientos de heridos y detenido y encarcelado a más de 2.000 personas. La última víctima mortal es Ángel Mora, un joven que sufrió una paliza salvaje proporcionada por los cuerpos de Seguridad.
“Ustedes saben que tenemos las pruebas irrefutables de la victoria. El informe del Centro Carter es demoledor sobre las condiciones y el resultado electoral, mientras Maduro intenta fabricar unos resultados cuando, además, el lapso legal para la publicación de los mismos ha vencido. Miembros de la Fuerza Armada y de los cuerpos policiales, atiendan sus deberes institucionales, no repriman al pueblo, acompáñenlo”, insistieron Machado y González. Las actas oficiales de las elecciones, recogidas el 82%, confirman la victoria del opositor, que alcanzó una votación histórica del 67% de los apoyos frente al 30% de Maduro.
Machado y González se dirigieron también a todos los venezolanos “que tienen madres, padres, hijos, hermanos, parejas que son miembros de la Fuerza Armada Nacional o funcionarios policiales” para que les exijan no reprimir, desconozcan las órdenes ilegales y acaten la soberanía popular expresada en las urnas.
Y para quienes se atrevan a llevar adelante el desafío, “el nuevo gobierno de la república, electo democráticamente por el pueblo venezolano, ofrece garantías para quienes cumplan con su deber constitucional. Asimismo destaca que no habrá impunidad. Este es un compromiso que asumimos con cada uno de los venezolanos”.
De inmediato, el jefe del Ministerio Público chavista, Tarek William Saab, anunció la apertura de una investigación penal contra Machado y González ante la “presunta comisión” de los delitos de usurpación de funciones, difusión de información falsa para crear zozobra, instigación a la desobediencia de las leyes, instigación a la insurrección, asociación para delinquir y conspiración.
Saab aseguró en su comunicado que ambos anunciaron falsamente a un ganador de las presidenciales (Edmundo) distinto al proclamado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), “único órgano calificado para hacerlo”, además de hacer una “abierta incitación a funcionarios policiales y militares a la desobediencia de las leyes”.
Transcurridos ocho días de las elecciones, el CNE no ha mostrado un solo dato centro por centro, mesa por mesa. En cambio, la oposición ha mostrado al país y al mundo los resultados oficiales del 82% de las actas, comprobados y confirmados por distintos expertos.
Atento siempre a los abusos chavistas, el presidente chileno, Gabriel Boric, advirtió sobre las acciones de la Fiscalía. “Ahora el régimen de Maduro anuncia persecución penal contra González y Machado, mientras reprimen a su propio pueblo que exige se respete su voluntad expresada democráticamente. Abogamos por el respeto a los derechos humanos de manifestantes y de dirigentes de la oposición”, disparó Boric.
Tanto Machado como González Urrutia se encontraban bajo amenaza presidencial, desde que la semana pasada Maduro exigiera que los pusieran tras las rejas. Las palabras del “presidente pueblo” dieron paso al asalto nocturno de la sede política de Machado en Caracas, por lo que horas más tarde anunció al país que se ponía bajo resguardo.
No mentía. En los días siguientes la líder opositora cambió sus rutinas y sus lugares de descanso. También apareció de improviso en la multitudinaria concentración del sábado: emergió de entre el gentío con una chaqueta con capucha y subió al camión de los dirigentes opositores para dirigirse a sus seguidores.