¡Nuevos aires en Rusia! Putin cambia a su ministro de Defensa en plena guerra
¡Vaya sorpresa que nos hemos llevado! Vladimir Putin, acabado de asumir su quinto mandato, decidió cambiar a su fiel Sergei Shoigu en el cargo de ministro de Defensa. ¿Y quién es el nuevo elegido? Un economista keynesiano, Andrei Belousov, quien ha prometido hacer de la anticorrupción su estandarte. Pero los viejos lobos de Moscú no desaparecen tan fácilmente: como en un juego de sillas musicales, Shoigu ahora liderará el Consejo de Seguridad Nacional, seguramente con el objetivo de preparar al país para un conflicto de larga duración. En cuanto a Nikolai Patrushev, su destino aún es incierto.
El nuevo rostro de la guerra en Ucrania
Si pensabas que Sergei Shoigu, una de las caras de la “operación militar especial” de Putin en Ucrania, iba a desaparecer, ¡ni lo sueñes! A sus 68 años, el ex ministro de Defensa, leal entre los leales de Putin y al mando del Ejército durante 12 años, ha sido reasignado. El brillo de Shoigu había disminuido el último año durante la rebelión del líder de la milicia Wagner, Yevgeny Prigozhin, quien lo había desafiado personalmente.
¿Un cambio de estrategia para la guerra en Ucrania?
El cambio de Shoigu permitió a Putin hacer un gesto en favor de su amigo de tantos años, además de asegurarse la presencia de un hombre de confianza en un organismo vital para la guerra. Pero la elección de su sucesor en el Ministerio de Defensa también podría indicar un cambio en la estrategia del líder del Kremlin para el futuro de Ucrania.
El dinero, un arma más en tiempos de guerra
“El presupuesto del Ministerio de Defensa y del bloque de seguridad era hace poco de 3%. Luego pasó a 3,4% y recientemente a 6,7%. Ahora, estamos acercándonos a la misma situación de mediados de los años 80, cuando esa parte de los gastos dedicados al presupuesto militar era del 7,4%. Esto no es crítico, pero es extremadamente importante”, explicó el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. En otras palabras, el dinero es esencial para la guerra. Se estima que un tercio del presupuesto del país está actualmente vinculado al esfuerzo bélico.
“Es necesario poner en orden la situación financiera del ministerio. A partir de ahora, la estrategia militar de las autoridades rusas es minimizar las pérdidas. Para ello, es necesario prestar la máxima atención a la logística”, explica el consultor político Yevgeny Minchenko.
Para muchos expertos, el perfil de Belousov parece indicar que el Kremlin prevé una guerra larga. Una opinión compartida por el experto en relaciones internacionales, Jimmy Rushton: “Putin cree que la victoria en Ucrania requerirá producir más y durante más tiempo que Ucrania y sus aliados occidentales. Se está preparando para un conflicto de varios años”, asegura.
Belousov, que seguramente enfrentará una falta de crédito ante los militares, ahora tendrá la misión de hacer una limpieza en el Ministerio de Defensa. Nadie lo vio llegar. Al igual que su predecesor, este economista, quien hasta el sábado era viceprimer ministro, no es un militar. Tampoco tiene un pasado conocido en los servicios de seguridad. Pero este ex ministro de Desarrollo Económico, y posteriormente asesor del Kremlin, ha ganado un lugar especial en el reducido círculo de Putin.
Un cómplice en la guerra
El nuevo ministro de Defensa tiene la reputación de ser un administrador íntegro y eficaz. Pero también de ser un duro. Desde el inicio de la “operación militar especial” en Ucrania en febrero de 2022, ha sido sancionado por la Unión Europea (UE). En 2014, fue el único miembro del círculo económico del presidente, conocido por ser más bien liberal, que apoyó la anexión de la península de Crimea.
“Uno de los nombramientos más extravagantes de Putin es este economista keynesiano, que arruinará su reputación de liberal”, analiza Andrei Kolesnikov, experto de la Fundación Carnegie, uno de los pocos politólogos críticos del Kremlin que aún están en Moscú.
“Ahora será considerado un cómplice de la guerra. Pero es importante para Putin asegurarse de que las enormes cantidades de dinero gastadas en la guerra no sean robadas”, agrega, aludiendo al escándalo Timour Ivanov. Este viceministro de Defensa, adjunto de Shoigu, encargado de proyectos de construcción militar, fue recientemente arrestado y encarcelado, a la espera de una investigación y un juicio por corrupción.
El lujoso estilo de vida de Ivanov fue denunciado en una investigación por el equipo de Alexei Navalny, el famoso líder opositor, quien murió de manera misteriosa en prisión el mes pasado. Su arresto confirma indirectamente las luchas de poder entre los “silovikis”, esos hombres fuertes de los servicios de seguridad rusos que, en los últimos años, han asumido el poder político y económico en Moscú.
Más allá de los recientes logros militares en el frente, un amplio sistema de malversación de fondos está emergiendo y podría provocar nuevas detenciones.
Esta reestructuración no significa, sin embargo, una revolución. “Es simplemente una reorganización ministerial completamente equilibrada en el corazón del sistema “siloviki”. Basta con ver que los otros grandes pesos pesados del régimen seguirán en sus cargos: Segei Lavrov conservará su puesto de ministro de Relaciones Exteriores; el jefe de Inteligencia Exterior (SVR), Sergei Narychkine, mantendrá sus prerrogativas, al igual que el jefe de los poderosos servicios de seguridad rusos (FSB), Alexandre Bortnikov”, señala Claude Blanchemaison, exembajador francés en Moscú.
El diario basado en Moscú, Moskovski Komsomolets (MK), tiene un análisis diferente, y tal vez más básico: “El presidente tiene su propia lógica. Una lógica cuyo sentido se resume en la siguiente idea: en la política rusa y en la vertical del poder de este país, hay una sola persona verdaderamente irremplazable. Ese hombre es Vladimir Putin”.