El laberinto emocional: ansiedad y depresión
¿Alguna vez te has despertado en medio de la noche, sudando frío, con el corazón latiendo como si corriera una maratón? ¿O has sentido una tristeza tan profunda que ni siquiera los memes de gatitos en Instagram pueden sacarte una sonrisa? ¡Ah! Entonces sabrás de qué hablo. Estos cuadros emocionales son más comunes de lo que te imaginas y se conocen como ansiedad y depresión, respectivamente. A pesar de que sus síntomas pueden solaparse, cada uno tiene su propio sello distintivo.
La ansiedad se parece a ese amigo que siempre está nervioso y preocupado, mientras que la depresión es como esa persona que parece haber perdido todo interés en la vida y se siente atrapada en un pozo de tristeza y desesperación.
Cuando el amor se vuelve un campo de batalla
Estos trastornos no solo afectan a quien los padece, sino también a las personas más cercanas, como la pareja. De hecho, pueden tener un impacto significativo en la vida íntima y sexual de las personas. ¿Te suena familiar la sensación de que tu pareja se ha “desconectado” de la relación? ¡Pues podría estar lidiando con uno de estos trastornos!
La depresión puede llevar a la anhedonia (pérdida de interés en las actividades placenteras), la falta de deseo y la falta de motivación y energía. Por otro lado, la ansiedad puede llevar a problemas sexuales como la eyaculación precoz, la vaginitis y la incapacidad para vivir el presente.
Los números no mienten
De acuerdo con la diosa de las estadísticas, la Organización Mundial de la Salud, la ansiedad y la depresión aumentaron en un 25% a nivel global a raíz de la pandemia por COVID-19. ¡Qué miedo! En Argentina, se estima que casi la mitad de la población sufrió de ansiedad y el 30% experimentó niveles significativos de depresión. ¡Y eso no es todo! Muchos expertos creen que estos trastornos seguirán en aumento, afectando no solo a quienes los padecen, sino también a su entorno, incluyendo a su pareja.
En el amor y en la guerra, todo se vale
Puede ser muy difícil saber cómo apoyar a tu pareja cuando está lidiando con uno de estos trastornos. Pero no te preocupes, hay muchas cosas que puedes hacer para ayudar. Primero, trata de entender y aceptar lo que está pasando. ¡Evita dar consejos no solicitados y en su lugar, ofrece un abrazo y una sonrisa! No te conviertas en un solucionador serial, en lugar de ello, permite que tu pareja encuentre su propio camino hacia la recuperación.
¡No, no y no!
Así como hay cosas que puedes hacer, también hay cosas que debes evitar. No victimices a tu pareja, no juzgues lo que está pasando y no des consejos si no te los piden. Además, no minimices lo que está pasando. ¡Recuerda, siempre sigue siendo tu pareja y no su terapeuta!
Sexo y amor en tiempos de ansiedad y depresión
La comunicación es clave cuando se trata de sexualidad en una pareja donde uno de los miembros está lidiando con la ansiedad o la depresión. Si bien es importante ser comprensivo y brindar apoyo, también es importante no olvidar tu papel y no tratar de convertirte en su médico o terapeuta. Recuerda, siempre es importante seguir siendo su pareja.
¿Juntos en las buenas y en las malas?
Puede que te estés preguntando si estos trastornos pueden fortalecer o debilitar tu relación. ¡Buenas noticias! Pueden hacer ambas cosas. Si bien enfrentar estos desafíos puede ser difícil, también puede ser una oportunidad para que ambos aprendan, se reinventen y fortalezcan su relación. ¡Recuerda, así como las personas cambian, las parejas también lo hacen!