Etapa final del juicio por la muerte de la ciclista.
La última fase del juicio que se sigue por la muerte de Marcela Bimonte, la ciclista que perdió la vida en los Bosques de Palermo luego de ser atropellada por un automóvil en enero de 2022, se encuentra en marcha. La familia de la víctima solicita una sentencia de 12 años de prisión para el conductor del vehículo, José Carlos Olaya González.
El letrado que defiende a Alejandro Héctor Reparaz y Catalina Reparaz, ex esposo e hija de la fallecida, expuso ante el Tribunal Oral en lo Criminal N° 25, que se ocupa del caso. “Esto no es un accidente, es un siniestro vial. Era prevenible, pero a Olaya no pareció importarle. No estaba apto para conducir. Por todas las advertencias, Olaya debe ser imputado por homicidio simple con dolo eventual”, declaró Gabriel Becker, el abogado de la familia.
Olaya González se defiende en el juicio
Olaya González, de 34 años, también declaró ante el tribunal. “No recuerdo lo sucedido el día del accidente. Me enteré de lo ocurrido mientras estaba detenido. Nunca tuve la intención de matar”, sostuvo.
Antes de finalizar su testimonio, Olaya González afirmó: “Era una salida con amigos. No tengo antecedentes de homicidio, nunca imaginé que algo así pudiera suceder. Pido disculpas”.
Además de Olaya González, en el juicio se juzgan a otras tres personas acusadas de encubrimiento agravado. Los cuatro acusados se negaron a declarar cuando empezó el juicio, el 15 de febrero pasado.
Declaraciones de los imputados
Previo a Olaya González, los hermanos Patricio y Lucio Valiente, también imputados, hicieron uso de su derecho a declarar.
“Esto es muy doloroso para mí y para las víctimas. Acordé con Olaya para salir. Le indiqué a Olaya que siguiera mi auto hacia Parque Norte, ya que no conocía el lugar. En Figueroa Alcorta lo perdí de vista. Paré e intenté llamarlo. Escuché que Patricio descendía y subía de nuevo. Olaya le siguió y vi cómo le golpeaban. Me instaron a arrancar y no sé por qué lo hice”, relató uno de los hermanos.
“En la comisaría nos enteramos de lo que pasó, no podía creerlo. La Policía de la Ciudad nos informó que teníamos que declarar. Cuando supe que había una persona fallecida, me sentí devastado. No soy ningún delincuente. No puedo creer lo que sucedió y no entiendo por qué estoy aquí”, concluyó.