De cuentas reales a cuentas pendientes: Escándalo financiero sacude la casa Grimaldi
No es una película de James Bond, es la vida real. Durante más de 20 años, Claude Palmero tuvo las claves del tesoro de la Casa de Grimaldi, gobernantes del Principado de Mónaco desde el siglo XIII. Pero la trama se torció y lo que parecía una tranquila gestión financiera se convirtió en un escándalo que se ha devorado columnas de periódicos y horas de televisión.
El guardián de los Grimaldi
Como contable de 67 años, Palmero fue el administrador de activos de la familia real durante 22 años, encargándose de las inversiones y supervisando los gastos. Pero todo cambió en junio del año pasado cuando fue cesado de forma abrupta ante acusaciones no comprobadas de fraude. Cuentan las malas lenguas que Palmero quería adueñarse de parte del patrimonio Grimaldi, algo que él niega rotundamente.
Ahora, la situación ha dado una vuelta de tuerca. Palmero no solo ha decidido llevar a los Grimaldi a juicio reclamando un millón de euros, sino que también ha destapado detalles sorprendentes sobre el gasto de la familia real que han llegado a los medios franceses, sacudiendo el Principado.
Las cuentas escondidas del Príncipe Alberto
Con Palmero fuera de escena, aparecieron unos cuadernos en los que anotaba los gastos desorbitados que el Príncipe Alberto autorizaba para toda la familia. Entre las revelaciones más explosivas, los hábitos de gasto de la princesa Charlene Wittstock y la existencia de cuentas en paraísos fiscales a nombre de Alberto.
Pero eso no es todo. Según el exadministrador, la princesa Charlene, con su asignación anual de 1.5 millones de euros, había gastado unos 15 millones de euros en los últimos ocho años. Y, aunque Alberto intentó distanciarse de estas afirmaciones, se descubrió que el príncipe, con una fortuna personal de 2000 millones de euros, reforzaba frecuentemente la asignación de su esposa.
Los secretos de los cuadernos de Palmero
Los cuadernos de Palmero también apuntan a que el príncipe Alberto tenía 258 millones de euros en cuentas en paraísos fiscales, según el medio francés Libération. Además, revelan la existencia de “fondos especiales” que destinaban hasta 600.000 euros al año para “misiones secretas” y “actividades paralelas”.
El príncipe carga contra Palmero, a quien acusa de ocultar la verdadera situación de sus finanzas y de haber puesto a su nombre todos los bienes de la familia. Pero Palmero se defiende y asegura que todos los gastos fueron aprobados por el soberano. Incluso llega a detallar gastos como la renovación de la oficina de Charlene por casi un millón de euros, entre otros.
Y mientras el escándalo sigue, el Principado de Mónaco vive días de agitación. La realidad ha superado a la ficción y los Grimaldi, lejos de la imagen glamurosa que proyectaban, se enfrentan a la cruda realidad de un escándalo que aún está por desvelar todos sus secretos.