La vuelta de Gran Hermano: sorpresas, pruebas complejas y una app diferente
Gran Hermano es uno de los programas más populares de la televisión. Desde su primera edición en Argentina en 2001, los televidentes esperan ansiosos cada año para conocer a los nuevos participantes y seguir sus historias, estrategias y sueños. Matías Portillo, de 29 años, participó en la novena temporada en 2016 con un objetivo claro: convertirse en galán de telenovela.
Un sueño que no ha cambiado
Aunque Matías ha estado dedicado a la actuación desde entonces, su sueño de ser galán sigue intacto. “Sigo teniendo el mismo sueño, solamente cambiaron las palabras porque ahora con hacer ficción estoy”, aseguró en una entrevista.
Aunque no ha tenido la oportunidad de ser galán en la ficción, dentro de la casa de Gran Hermano fue codiciado por más de una de las participantes. Se besó con Ivana Icardi y tuvo una relación de tres años con Belén D’Alessandro. A pesar de que actualmente no mantiene mucho contacto con sus excompañeros, sigue siendo muy amigo de Patricio Sills.
Gran Hermano: ¿conflictos y amistades?
Matías considera que la edición en la que participó fue más conflictiva que la última. En su opinión, el programa ha cambiado y se ha vuelto más tranquilo y familiar. Aunque Gran Hermano le abrió puertas en el mundo de la actuación, decidió formarse y trabajar en otros países como Perú, Colombia y México.
En medio de la pandemia, Matías se volcó a TikTok y logró un crecimiento impresionante en esa red. Actualmente cuenta con más de 600.000 seguidores que se divierten con sus videos. Además, ha utilizado su figura para realizar producciones fotográficas para distintas marcas.
La otra cara de Gran Hermano
Algunos de los participantes de la última edición de Gran Hermano han hablado sobre los problemas de salud mental que enfrentan, como ataques de pánico y ansiedad. Matías opina que la frustración se desencadena cuando los concursantes no logran lo que esperan después del programa. “Es la discusión de a quién le va mejor”, concluyó.